Inscrito en los Registros de Mediadores Familiares de:
Es una forma de buscar soluciones más rápidas, más acertadas y menos traumáticas ante un problema familiar: protocolos para empresas familiares, separación, herencias.
Además de ser la solución más discreta y económica, la mediación ayuda a suavizar los procesos, tanto psicológica como emocionalmente, permitiendo respuestas mucho más cercanas a la realidad y a los intereses de cada parte.
En mediación son las personas en desacuerdo las que deciden. Se evita de este modo delegar las decisiones en terceras personas (jueces, árbitros) y verse obligados a acatar soluciones no pactadas.
Especialmente cuando hay hijos, los protagonistas deben de buscar soluciones que sean equilibradas y no generen futuros conflictos en la necesaria relación a largo plazo.
Es un especialista con la experiencia y formación adecuadas, capaz de crear un espacio de comunicación y diálogo entre las partes, donde prevalezcan la objetividad, la igualdad y la libertad de cada uno para encauzar sus propios intereses.
El mediador interviene de forma neutral y confidencial, ayudando a las partes a buscar las alternativas más satisfactorias.
Todo lo comentado durante las sesiones de Mediación es confidencial. Las partes no podrán citar al mediador como perito o testigo en un juicio. Además, los temas que se traten durante las sesiones privadas también serán confidenciales, siempre y cuando los interesados así lo deseen.
Toda persona que acude a mediación debe hacerlo desde la voluntariedad, y debe ser consciente que puede solicitar abandonar la Mediación en cualquier momento del proceso, sin consecuencias de ningún tipo.
La persona mediadora no valorará en ningún momento la actitud ni la actuación de las partes en conflicto, no le corresponde realizar juicios de valor de ningún tipo, por lo que se mostrará en todo momento imparcial, puesto que su función es ayudar a gestionar la comunicación, con el objetivo de alcanzar acuerdos.
El mediador siempre respetará el punto de vista de los implicados en el conflicto, así como el resultado de la Mediación. En ningún momento impondrá criterios propios, aunque si ayudará de forma activa a las partes en la búsqueda y formulación de alternativas.
Respeto a los intereses de cada parte y buena fe en todos los planteamientos y en todo momento.
Poder alcanzar cualquier tipo de acuerdo, como si de un traje a medida se tratase.
Fase 1. Sesión informativa, presentación y reglas de juego
Fase 2. “Cuéntame”, encaminada a saber las posiciones iniciales
Fase 3. Identificación de los intereses y necesidades
Fase 4. Generación de opciones
Fase 5. Llegar a un acuerdo
Fase 6. Redacción/firma acuerdo
Fase 7. Fase de seguimiento
Siempre que sea necesario, mantendrá entrevistas privadas (“caucus”) con el fin de comprender a fondo la problemática de cada parte, ayudándole a adoptar actitudes positivas y a buscar nuevas soluciones.
Una vez que el mediador anticipa el camino a seguir el procedimiento de mediación se fundamentará en el protagonismo de las partes, para lo cual el mediador se apoya en técnicas variadas y flexibles capaces de generar puntos de encuentro y sentar las bases de un acuerdo satisfactorio para todos. Destacan: